domingo, 6 de noviembre de 2011

Hola,

Hola,

Te echo demenos. Añoro tus caricias, tu sonrisa y tu disimulada forma de pedir disculpas cuando tus amigos se meten conmigo en tu presencia.
Siendo sincera, sigo soñando con tus manos, tus labios y esas palabras de consuelo que nunca pronunciaste. Siendo más sincera aún mi vida dejo de tener sentido hace ya un año cuando te fuiste para no volver. ¿Es triste verdad? Jamás te tuve realmente... Fuiste un espejismo. De nuestros besos nadie sabe nada, de nuestras caricias nadie escucho nada... Llegaste de golpe, sigiloso y te fuiste aún más deprisa, borrando todo rastro, que me hiciera creer que habías estado compartiendo cama conmigo. Pero olvidaste una cosa. Una sola cosa. Tú olor. Sigue en las sabanas lilas de ese día, sigue en ese pijama que con media sonrisa arrancaste de mi cuerpo y sigue en todos y cada uno de mis recuerdos....

Así que si un día de estos mientras paseas con tus amigos presientes que alguien te observa a lo lejos. No me busques. No me encontraras. Aprendí de ti. De tu olor. Siempre ahí, pero nunca para ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario